EL DÍA QUE YO NACÍ
Lo primero que debéis saber es que nací el 12 de julio de 1998. Nací antes de tiempo porque una niña muy parecida a mí y yo no parábamos de pegarnos y darnos patadas. Así que, harta de patadas y puñetazos avisé a mi madre de que esa niña que estaba a mi lado iba a salir. La empujé y con mucho esfuerzo le dije a mi madre:
- ¡Ahí va!
Debí empujarle demasiado porque empezó a llorar a todo pulmón. Pero yo estaba a gusto. Me atravesé. Estaba muy bien. Sólo había un problema: se oían demasiadas voces y no me dejaban descansar, así que cogí unos tapones y me los puse.
Cuando estaba a punto de dormirme entró una luz tremenda de repente, y una mano muy grande me cogió de la pierna y me dio una torta en el culo. Yo empecé a llorar. No me había portado mal… A no ser que fuera por lo de mi compañera.
Me metieron en una especie de caja y mis padres no paraban de asomarse. Yo tenía mucho calor ahí dentro y además todos los días me metían un tubito por la nariz.
Ahora mis padres me cuentan que era para comer, que al nacer antes de tiempo no sabía comer, y lo de esa especie de caja era una incubadora para mantenerme en calor.
ELENA JANSSEN ÁLVARO, 6º B
UN DÍA ESPECIAL
Era de noche. Compartía un sitio pequeño con otra persona que casualmente se parecía a mí. Era raro, pero, a veces, divertido. Sólo a veces, porque aquella persona me pegaba patadas. Ya estaba harta.
Salí. Por el rabillo del ojo vi a mi hermana ponerse cómoda.
¡Cuánta luz! Cerré los ojos y lloré. Me di cuenta de que tenía frío. Pero no me vistieron. Me pusieron una cosa larga con números que se llamaba regla. Más tarde me pesaron. Por último me vistieron y pensé: “Por fin, ya era hora”.
Cuando ya estaba lista (limpia y vestida), me apartaron de mi madre y me metieron en una camita que se encontraba en otra habitación. Era muy cómoda y calentita. Oí al médico que le preguntaba a una enfermera:
-¿Ya la has metido en la incubadora?
Esta última palabra me llevó a la conclusión de que aquella cosa tan cómoda era una incubadora. Era tarde: las 24:00. Había nacido sólo 50 minutos antes: 22:10. Me dormí. Estaba cansadísima.
Ocurrió una cosa que no olvidaría jamás: unas enfermeras y unos médicos vinieron con unos cables, y me los metieron por la nariz. Lloraba, lloraba y lloraba. Dolía. Mi madre me escuchaba desde la habitación de al lado, pero no acudía a rescatarme.
11 años después
Mi madre nos explicó a mi hermana Elena y a mí que aquellos tubos servían para que pudiera comer, porque yo era tan pequeña que no podía. Pues había nacido 2 meses antes de lo normal. “Claro – pensé – la de las patadas no me dejaba en paz”
SARA JANSSEN ÁLVARO, 6º B
Me gustan los textos por la parte autobiográfica y realista que tienen. También porque se nota que habéis compartido una información de primera mano.
ResponderEliminarY los encuentro bien relatados, ordenados e interesantes.
Jejeje esta muy chulo Elena.
ResponderEliminarUn saludo:Jorge.