viernes, 11 de diciembre de 2009

12 de Julio de 1998


EL DÍA QUE YO NACÍ

Lo primero que debéis saber es que nací el 12 de julio de 1998. Nací antes de tiempo porque una niña muy parecida a mí y yo no parábamos de pegarnos y darnos patadas. Así que, harta de patadas y puñetazos avisé a mi madre de que esa niña que estaba a mi lado iba a salir. La empujé y con mucho esfuerzo le dije a mi madre:

- ¡Ahí va!

Debí empujarle demasiado porque empezó a llorar a todo pulmón. Pero yo estaba a gusto. Me atravesé. Estaba muy bien. Sólo había un problema: se oían demasiadas voces y no me dejaban descansar, así que cogí unos tapones y me los puse.

Cuando estaba a punto de dormirme entró una luz tremenda de repente, y una mano muy grande me cogió de la pierna y me dio una torta en el culo. Yo empecé a llorar. No me había portado mal… A no ser que fuera por lo de mi compañera.

Me metieron en una especie de caja y mis padres no paraban de asomarse. Yo tenía mucho calor ahí dentro y además todos los días me metían un tubito por la nariz.

Ahora mis padres me cuentan que era para comer, que al nacer antes de tiempo no sabía comer, y lo de esa especie de caja era una incubadora para mantenerme en calor.

ELENA JANSSEN ÁLVARO, 6º B


UN DÍA ESPECIAL

Era de noche. Compartía un sitio pequeño con otra persona que casualmente se parecía a mí. Era raro, pero, a veces, divertido. Sólo a veces, porque aquella persona me pegaba patadas. Ya estaba harta.

Salí. Por el rabillo del ojo vi a mi hermana ponerse cómoda.

¡Cuánta luz! Cerré los ojos y lloré. Me di cuenta de que tenía frío. Pero no me vistieron. Me pusieron una cosa larga con números que se llamaba regla. Más tarde me pesaron. Por último me vistieron y pensé: “Por fin, ya era hora”.

Cuando ya estaba lista (limpia y vestida), me apartaron de mi madre y me metieron en una camita que se encontraba en otra habitación. Era muy cómoda y calentita. Oí al médico que le preguntaba a una enfermera:

-¿Ya la has metido en la incubadora?

Esta última palabra me llevó a la conclusión de que aquella cosa tan cómoda era una incubadora. Era tarde: las 24:00. Había nacido sólo 50 minutos antes: 22:10. Me dormí. Estaba cansadísima.

Ocurrió una cosa que no olvidaría jamás: unas enfermeras y unos médicos vinieron con unos cables, y me los metieron por la nariz. Lloraba, lloraba y lloraba. Dolía. Mi madre me escuchaba desde la habitación de al lado, pero no acudía a rescatarme.

11 años después

Mi madre nos explicó a mi hermana Elena y a mí que aquellos tubos servían para que pudiera comer, porque yo era tan pequeña que no podía. Pues había nacido 2 meses antes de lo normal. “Claro – pensé – la de las patadas no me dejaba en paz”

SARA JANSSEN ÁLVARO, 6º B

2 comentarios:

  1. Me gustan los textos por la parte autobiográfica y realista que tienen. También porque se nota que habéis compartido una información de primera mano.
    Y los encuentro bien relatados, ordenados e interesantes.

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  2. Jejeje esta muy chulo Elena.
    Un saludo:Jorge.

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