(El buscador de setas sale al escenario con un bastón y una cesta)
Buscador de setas: ¡Tra lará! ¡Tra lará! Um, qué buen día hace hoy para buscar setas.
(El buscador se va del escenario)
(Sale el buscador con la cesta llena y empieza a desandar el camino)
Buscador de setas: ¡Tra lará! ¡Tra lará! Hoy presiento que me ocurrirá algo impresionante. ¡Tra lará! ¡Tra lará!
(El buscador ve de repente el sombrero redondeado, escarlata y jaspeado de blanco. Para que nadie lo coja le da un puntapié y en medio del polvo que forma en el aire al desintegrarse aparece un gnomo)
Buscador de setas: ¡Anda, un gnomo! ¡Nunca había visto uno!
Gnomo: Hola, soy un gnomo de la suerte. Eres un hombre afortunado. Sólo en una de cada mil amanitas hay un gnomo de la suerte. Formula un deseo y te lo concederé.
Buscador de setas: (Mirando al gnomo despavorido) Perooo, perooo, eso sólo pasa en los cuentos.
Gnomo: No. También pasa en la realidad. Anda, formula un deseo y te lo concederé.
Buscador de setas: No me lo puedo creer.
Gnomo: Te lo creerás. Formula un deseo y verás como, pidas lo que pidas, aunque parezca inmenso o inalcanzable, te lo concederé.
Buscador de setas: Bueno, pues entonces pediré que haya paz en el mundo y no haya más guerras.
Gnomo: Pues, si eso es lo que deseas, ¡cataplín, cataplán! ¡Tu deseo se hará realidad!
FIN
Iván Garzón Segura, sexto A